jueves, 3 de julio de 2014

Yo soy Comercial (ahora sí)

Entrar a trabajar en una empresa y a los cuatro meses ser el comercial más antiguo de ella habla mucho de la presión de resultados a la que estoy sometido. En esos cuatro meses he visto cómo han liquidado a tres comerciales, seis agentes telefónicos del Contact Center, dos personas de staff y hace dos días a la recepcionista.
Control de gastos? Qué va; al día siguiente de cada rescisión ya había una nueva persona en su lugar. Y es en ese momento cuando uno se da cuenta que hace cuatro meses entró en esa empresa...porque el día anterior habían prescindido de un comercial.

Bien es cierto que ya en el proceso de selección me comunicaron que la longevidad no dependerá de lo majo que sea o lo motivado que esté y sí en cambio de los resultados que obtenga.

"Bueno, no será tan difícil" pensé. "Además, entro extra motivado después de un año fuera del mercado".

Pero cuando tu trabajo consiste en vender un intangible, un servicio que primero pagas y después recibes, el asunto se complica. Después de llevar varios años de turbulencias financieras, palos bancarios, inversiones inmobiliarias desastrosas y chiringuitos financieros que ofrecían el oro y el moro, a ver quién es el osado que le dice "sí a todo" a un tipo que, con la mejor de sus intenciones eso sí, te empieza a contar lo mucho que va a hacer por ti y tu familia a partir de ahora y hasta el fin de tus días, previo pago de una cantidad de dinero.

Toda la vida pensando que uno era comercial para darse cuenta que hasta ahora no había hecho otra cosa que despachar, puesto que los clientes que recibía o iba a visitar o tenían la necesidad o no la tenían.
Cuando alguien no espera tu visita o lo que es peor no sabe a qué vienes, no existe tal necesidad y tu trabajo es creársela. Y qué jodido es poner a tu potencial cliente del revés y  que tenga la necesidad de compra de algo que hasta hacía 20 minutos no sabía que existía.

En ello estoy, pero el tiempo no es mi aliado.

Enviado desde mi iPhone. Carretera m-505, frente al Burgocentro (Las Rozas)